domingo, 28 de noviembre de 2010

Estos días la he pasado tan bien con su sinembargo medio fuerte.

Guadalajara, sábado.

Que resulta que el Ene regresa de con sus amigos a las once de la noche y va por la avenida Juárez grabando con su camarita (a la altura del Larva, para los tapatíos) cuando, tarán, la voz de un policía de bicicleta interrumpe la grabación y dice:

Contra la pared.

La grabación ahí se interrumpe. Al Ene le revisan su mochila, todo todo le sacan. El Ene se detiene a observar sus cosas, conociendo a los polis, puede que se les ocurriera llevarse algo. O si no a alguien de la multitud. Una vez todo listo en la mochila de vuelta, se toca las bolsas de los pantalones y nota que no le han regresado su dinero.

Le reclama al policía:

Te pasas de verga, cabrón. Ni siquiera me dejaste para el taxi.

Ellos le dicen que "cht cht cht, eso es falta de respeto a una autoridad" o tal vez lo mismo pero con otras palabras, y lo trepan a una patrulla por este "delito".

Dos horas después recibe una llamada mía. El mensaje es corto: Me agarraron los policías por andar grabando en la calle y se llevaron 400 pesos. Aquí estoy entre ______ y ______.

Hablo a su hermano. Trato de dormir. Lo logro, soy buena en esto. Varias horas después y antes de que amanezca al Ene lo sueltan. El hermano paga una multa de 260 pesos. Se da cuenta de que le regresan casi todo lo que había en la mochila, excepto una cajetilla con dos cigarros Delicados, un encendedor y su credencial para votar.

El hermano lo consuela: "Pudieron haberte quitado la cámara, te fue bien". *Se queda pensando en lo que acaba de decir*

Pues bueno, así que todo está bien. Así que los separos esta noche estaban casi vacíos. Un loco al que tenían aislado porque suele golpear a su mamá. Unos cholos exigiendo anécdotas más divertidas, don.

Por primera vez le llaman "don". Creo que ya se ve ruco, oiga. La secretaria del lugar saca las cosas de la mochila de el Ene y le pregunta: "¿Y esto qué es?"

Son unos regalos para navidad.

En los separos empieza a pensar lo peor. ¿Y qué tal si ahorita meten a alguien a picarme la cresta y luego me inventan otro delito?

¿Qué pensó un caudillo de Pancho Villa en 191o cuando estaba rodeado y no tenía celular con crédito a quién llamarle? Ni crédito ni celular. *Lo importante de la comunicación*

¿Qué tal si trato de dormirme ahí? Pero hay muchas bacterias...

Y así.

Entonces de todos modos todo sale bien.

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Al cantar el gallo, y cuando parece que ya va a empezar el domingo, una paloma se mete a mi casa. El perro, asesino de palomas, corre detrás de ella. Me despierta, voy a ver qué sucede. Después de unos quince minutos intentando sacar al ave para evitar que el perro la matase, y habiendo encerrado al perrino en el baño (sin ponerle seguro) por fin libero al animal con alas y cerebro de almendra y ahora sudo mucho, voy hacia el baño a sacar al perro. Está histérico. ¿Hay perros histéricos? Pues ha rasguñado la puerta y le ha hecho un hoyo. Pero además -además- se ha encerrado (por ponerle el seguro a la puerta) y es un poco difícil sacarlo. La maniobra debe hacerse con un palo.

Todo esto me quita mucho el sueño, uh. Y entonces despotrico un poco en twitter y nadie me pela. Lo obvio en esta situación. Lo que yo haría, casi casi.

Es temprano. Daré un tour turístico a amigo de Chihuahua. Vamos al mercado, creo que no le gustó el jugo de lima porque es algo un poco extraño.

Una marioneta gigante y varios humanos medianos nos dificultan el paso. El amigo de Chihuahua se encuentra a un maestro de su ciudad. Es curioso. El maestro está perdido, no le han dicho bien cómo ir hacia la FIL. Lo confunden.

El día sucede con mucho sol encima de todo, todos, y en la tiendita sólo queda una jericaya (¿por quéééé, Dios?)

El Exconvento del Carmen está abierto. La exposición de abajo es medio una gran mierda y las fotos de arriba están chidinas. Me gustan muchas.

Debo partir. Me espera una comida familiar.

Cuando llego, mi primo Erre, mi sobrino Erre y mi primo A están a punto de irse. "A conseguir un trío para el tío cumpleañero".

Órale. En una Hummer. Se van encantados. La fiesta se alarga entre pláticas sobre las buchonas y aquello que Dios dijo que nos mandaría y que sostendría en la tierra. Luego otra vez sobre las buchonas.

Mi tío pide música, pero pide la misma de José Alfredo que ya ha oído hoy y ya ha cantado en el baño un chingo de veces.

Le ponen otra música. La acepta, entre comentarios sobre "cuando ya no pueda seguir yendo al bule"...

(...)

"La tarde avanza"

Yo batallo con mi celular. Le aparece una E que no puedo quitar. Y me vuelve y me vuelve a salir esa E.

Se platica sobre la prima ausente que tiene memoria fotográfica y se aprende los códigos penales de una leída. Qué ped.

Mientras tanto, los muchachos que se fueron en la Hummer (el mayorcito de ellos tiene 18) no llegan.

Histeria colectiva en una porción de la sala. El otro bando vacilador se divierte y critica a las señoras preocupadas. Mi sobrina, la hermana de el Erre, duerme en el mueble de la entrada.

Intento llamarle a mi primo Erre para explicarle que las féminas andan espinadas porque no tienen noticia de ellos. Que dónde andan. Pero el signo de una E me sigue apareciendo en la pantallita del celular y me impide realizar llamadas. Llega una de mis tías. La interceptan y se van en friega a buscar a los primos. No sé cómo se enteran de que les robaron la camioneta. Luego mis primos se comunican. Están bien. Están lejos. Acá en la cochera unos empiezan a gritar vamosporellos y otros empiezan con quesevenganentaxi. Mi tío borracho dice que básicamente todos somos unos pendejos y yo decido huir.

El camino hacia mi casa está algo oscuro. Parece que se fundieron los focos de varios postes.
De camino veo a un loquito haciéndole la seña de "que se moche" a un niño que está con sus padres adolescentes en la parada del camión, y ahorita parece que todo está bien.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Transcripción:

EL MUNDO

En la calle sin fin de la vida,
servil me encontré a un niño con la
pálida faz de la inocencia,
con la transparencia de primicia seminal,
que aparenta amalgama de emociones
en un cuerpo cual estructura de rascacielos:
grande, bien formado, pero sin materia contenida.

Como cosa al garete, dejé escapar de mis labios
la pregunta: ¿Qué es la realidad vital?
El niño contestó con palabras prostituidas, con lodo,
con semen, con estiércol, con la cara del idiota del
mundo en que vegetamos.

Si la realidad es la vida que los
siglos amamantan con savia venenosa,
el hombre que sigue esa ruta sin
cambiarla, es defecación de hormiga policía.

Un ceño, una cana, un fusil,
son símbolos callados de la desgracia humana.
La maternidad, la vejez y la guerra
son defectos o anhelos de este cadavérico estadio.

El amor, sentimiento decadente,
que traspasa la cordillera paralítica del ánimo
y pone diques a la mente.
En su mente se da lo mínimo esperando un
vómito de pelícano,
sin creer que puede ser retribuido
con el gélido eructo de un vestigio.

Divinidad, triste mentira,
ni se distingue la mónada del hombre;
igual me da Osiris que Quetzalcóatl;
Cristo o su virginal madre;
El Papa o Anaxágoras; Mahoma o Buda y
Cassius Clay.

Todo eso le oí al niño.
Sólo hice un comentario a mi conciencia:
¿Por qué la certeza tiene cara de inocente infante?

Angel Pluvio Levene
Poeta argentino












- - - -
































Ahora la verdad:
Mi tío Roberto Larios Valencia es el creador de ese "poema modernista", que hizo para burlarse de unos tipos que, allá por 1968 le recomendaban a los nuevos poetas y mi tío quizá pensaba algo como: ¡Esas son mamadas!

Entonces hizo este poema, lo firmó como Angel Pluvio Levene (poeta argentino), lo pegó en el periódico mural de su escuela y les pidió a esos amigos que gustaban de los modernistas que pasaran a echarle un ojo. Con sorpresa, le dijeron que "¡Buenísimo!" y entonces ahora mi tío, que ya no está vivo, ha de reír desde ultratumba. Y yo, que me reencontré con esto, lo publico acá, para reírme igual.

Saludillos.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Sor Ye-Ye

De pronto el día de hoy tuve crísises con la tecnología y estaba desesperándome cuando decidí tranquilizarme y lo logré.

De pronto en la tarde de hoy tuve agüitamiento porque no había tortillas de harina y yo pensaba que sí. ¿Por qué les dicen "tortillas de harina" a las tortillas de harina de trigo? Dios que nada lo ve ha de saberlo y se guarda ese conocimiento, para nada.

En Pyongyang hay un edificio que me recordó a la Basílica de Guadalupe (informes en Corea del Norte).

De pronto y más tardecito me sentí muy muy de la chingada y todo era índigo y la culpa de todo la tenía Fecal. Me dolía la muñeca, me dolía la alcancía sin dinero y me dolía la espalda porque últimamente me siento mucho en un sleeping "de la armada estadounidense". Me vale que sea de la armada estadounidense, es de lo más incómodo y está feo y tiene botones que lastiman el trasero (si el muy despistado decide posarse sobre ellos).

Esta publicación está re pendeja, pero es que, no sé, me siento medio deprimida, lo normal. Pero luego pensé cosas como "antes en la Concha Acústica se hacían conciertos a 40 pesos y en cambio ahora en la Calle 2 están mucho más caros". Después de notar que este pensamiento era mío, me pareció también ajeno y que no me pertenecía, porque básicamente no me importan mucho los conciertos y ya no he querido ir a ninguno (pero los conmino a que asistan a los de su preferencia).

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El perro al que alimento se llama Cucho y tiene la cabeza blanca y el lomo negro con algunas manchitas. Tiene "un poco de" pioderma y cuando investigué sobre esto empecé a darle su tratamiento. Cuando lo empezó, tuve que encontrarme a un contrabandista de antibióticos. Le compré todas las cajas que pude y pocos días después a mí me dio gripa medio fuerte y no pude comprarme el antibiótico porque ya no tenía dinero.

Como que a eso se resume todo: Quería hacer _____________, pero ya no tenía dinero. Quería entrar a __________, pero ya me había acabado la quincena. Quería comer ______________, pero ya no tenía dinero. Quería tomar __ taxis pero ya se me había acabado la quincena. Pinche país bonito.

Hay la posibilidad de que me quede sin trabajo. No contestaré nada sobre eso, nomás así. O a poco sería original la pregunta de "¿Por qué vas a quedarte sin trabajo?" No, ¿verdad? Evítate el cuestionamiento, si es que se te antojó hacerlo.

Por lo pronto, las sopas ramen de Corea son mejores que las demás. Y hay un paladar gigante y etéreo que todo lo saborea y me da la razón.

Bueno, pues.

domingo, 15 de agosto de 2010

Si no lo escribo se me olvida

Pesadilla 1: Después de que mi madre se la hiciera de pedo a un güerejo en una fila para compar boletos para el beisbol (?), la acción cambia a que me mudaba a una casa (como la mía) y supuestamente ya me la entregaban con dos inquilinos caninos machos. Yo pensaba: bueno; y me empezaba a encariñar con ellos. Ese mismo día me di cuenta de que los vecinos de al lado tenían una tigresa mansa que se brincaba la barda de separación entre su casa y la mía y venía a convivir con los perros de mi casa.

Todo iba bien, y "ay qué bonitos todos en armonía", cuando descubría una parte desconocida de la casa. Era un cuarto oscuro y lleno de chatarra. En medio de todo, una jaula mal hecha albergaba a tres perros. Todos ellos en pésimo estado de salud. Parecía que los habían olvidado allí. Primero pensé que eran dos perros, luego me percaté de que abajo de estos dos, estaba otro, hecho de piel y masa amorfa, sin huesos. Y lo reconocí: era el clon de uno de los perros sanos que convivían con la tigresa.

Desperté.

Pesadilla 2: Iba a visitar a mi abuelita que ya tenía a un perro (que en "la realidad" fue mi perro Bronx) con los dos perros que me habían heredado los anteriores inquilinos en la Pesadilla 1. Todo iba bien, pero en un descuido (mientras mi mamá, mi abuelita y yo no veíamos), el güero nefasto de la Pesadilla 1 llegó a golpear a los perros que trataron de impedirle la entrada a esa casa. Al que era el Bronx lo dejó atado y molido a golpes, a los otros dos, sólo atados. Además se robó 7,200 pesos, pero bien amable, dejó 600.

Mi madre salió a buscar a no sé quién. Quizá a la policía, y entonces el güero nefasto volvió y me dijo: "Sólo vine a decirte que si tu madre no se hubiera portado así de insolente conmigo en el estadio, esto no habría pasado".

Desperté.

Pesadilla 3: Estaba sola, sentada y haciendo nada, en las banquitas donde se sientan los cerillos del Soriana o del Walmart o del Carrefour o algún lugar así. A lo lejos y de un color muy vivo, de naranja, vi a mi amigo.

Pensé que era una mala broma del inframundo: regresármelo en una forma tan parecida, y entonces caminé hacia el lado opuesto a donde él se encontraba. Mientras caminaba unos poquillos pasos, reflexioné (no me gusta la palabra reflexionar, pero decía, reflexioné): "¿Y si sí es él?" Y entonces volteé otra vez y sí era. Y empezamos a platicar. Recuerdo casi nada de la charla, excepto que era como antaño pero con la diferencia de que aquí se mencionaba la despedida. Eso nos ponía tristes y entonces mejor platicábamos de otras cosas. Pensé en decirle eso de que un güero nefasto había llegado a golpear al perro de mi abuelita, pero me pareció un tema muy dramático y lo dejé de lado.

Me desperté muy triste, creo que habiéndome dado cuenta de algo.

miércoles, 28 de julio de 2010

Wikipedia dice que:

En sus primeros desarrollos sobre la angustia, Freud comienza señalando la particularidad de este estado afectivo penoso, que es el afecto penoso por excelencia, diferente de todos los otros. Lo que lo hace tan particular y digno de investigación dirá Freud es, en parte, que aparece refiriéndose a algo indeterminado, es decir, sin objeto. Dice además, en la Conferencia 25 de las Conferencias de introducción al psicoanálisis, que en realidad no necesita presentarla al lector, pues es seguro que alguna vez la ha sentido, dada su universalidad.
En este mismo texto de 1916 (17) señala la necesidad de una explicación del tema diferente de la medicina académica de la época que pretendía reconducir todo a cuestiones orgánicas, lo cual le restaba importancia a este concepto pues, en palabras de Freud:
(...)el problema de la angustia es un punto nodal en el que confluyen las cuestiones más importantes y diversas; se trata, en verdad, de un enigma cuya solución arrojaría mucha luz sobre el conjunto de nuestra vida anímica. (Sigmund Freud: Conferencias de introducción al Psicoanálisis, Conferencia 25)

miércoles, 7 de julio de 2010

Se respira el ambiente mundialista (más o menos)

Antier fui a la tienda. Esto es muy importante que lo sepan y lo anoten en su memoria. ¿Ya? Prosigo: Antier fui a la tienda. En el camino vi a tres niños que iban a jugar a-no-sé-qué.

El primero dijo: ¡Pero yo pido Alemania!
El segundo dijo: Entonces, yo Holanda
El tercero gritó con más emoción: ¡Y yo soy Guatemala!

No supe quién de ellos ganó. El tercero ganó mi corazón, de perdis.

Un deseo

A veces imagino la escena siguiente que ya está muy usada, al menos la primera parte:

Llega el genio de la lámpara maravillosa y me explica:

Antes de que pidas tu deseo insistiré en lo siguiente. Por favor: sé clara y dime exactamente lo que quieres.

Obedientemente, le contesto:

Deseo certidumbre para poder pedirte este deseo.

Y ¡pum!, que nuestro genio desaparece; creo que lo último que me dijo fue "chinga tu madre", pero no oí bien.

martes, 6 de julio de 2010

Acercamiento a la Filosofía

Voy en el camión. También una niña de unos seis años, y su mamá.

La niña pregunta cómo sería Bob Esponja si viviera en este mundo, si fuera real.

La mamá le contesta que no se puede, "porque Bob Esponja es una caricatura, no puede vivir aquí".

La niña sigue: "Bueno, pero los Padrinos Mágicos entonces, ¿cómo serían?"

Su madre, señora necia: "Es que no se puede. ¿Cómo se va a poder, si no existen?"

La niña alza la voz, un poco afectadilla: "¿Entonces por qué sí crees en Dios, si también es un dibujo(sic) y dices que tampoco lo has visto o que no lo conoces?"

La señora se queda como cuando -seguramente- le hicieron la pregunta de: ¿Y cómo nacen los bebés?

"Es que es diferente", le contesta a la hija.

miércoles, 30 de junio de 2010

13:45pm

A las 13:30 dan el toque y salen los niños de la secundaria.

A las 13:45 salí yo. A la salida de la escuela, un padre (de familia) me detiene para preguntarme:

"Maestra, ¿sabe si ya salió Brayan?"

En ese momento empiezo a sentir el ¬¬

Y le pregunto de vuelta: "¿En qué grupo está su hijo?"

"En primero", me dice.

"¿En qué primero?", digo más bien para molestar, porque se le ve la cara de estreñimiento al señor. Ni sabe.

Ahora pienso, si este padre (de familia) supiera que hay un promedio de dos Brayans por grupo, se mordería las uñas de los puros nervios o se daría la vuelta, derrotado (todo un drama).

Y pues ya.

Mientras tanto, es un síntoma del plop en el que vive nuestra sociedad.

sábado, 26 de junio de 2010

Post reaccionario

Escribiré dos tomos sobre los celos.
El primero, tratará sobre lo ridículos que son los demás al sentirlos.
El segundo, justificará todas mis razones para tenerlos.

jueves, 20 de mayo de 2010

Tengo planes para mi mascota

Está un niño con su perro french poodle. Y estoy yo, paseando a un pit bull. El niño me pregunta: "¿Cuántos años tiene ese perro?" "Cinco", le contesto.

"¿O sea que cuando mi perro tenga cinco años va a ponerse así?"

viernes, 2 de abril de 2010

Era hace una semana o hace más, pero no querrán detalles

Mi primo traía unas cuantas copitas encima, no para preocuparse de más. Era de noche y tranquis iba por la calle en su carro. Entonces unas camionetas que iban rápido casi chocan contra él. Les valió que el semáforo estuviera en alto pues eran "periodistas tras una nota".
Entonces mi primo, que se llama Roberto (lindo nombre), saca la cabeza de su carro y les grita:

¡Cabrones!, ¿por qué se pasan el alto, hijos de su puta madre? (casi sic)

Un reporterito justiciero de El Occidental se baja y tómala, le deja el ojo morado a mi primo Roberto.

Luego, otro pendejo del noticiero Hechos de la noche graba el asunto y esa cápsula es transmitida horas después. Pero, "ojo", en la tele dijeron que mi primo armó un desmadre y que era un borrachín conflictivo e irresponsable. Hasta a los separos fue a dar.

Sé que casi nadie lee esto, pero ésta es su noticia, tarados.

sábado, 16 de enero de 2010

...

Recordé algo. Olvidé en qué momento.
En otros temas, Google me llevó a esto que leí:

[Fulcanelli...] describe al hombre como a un conjunto de tejidos e ilusiones, como la envoltura propia de un falso ser que, de su vida, ha hecho la amalgama de un existir real con un continuo inexistir.
Apiano León de Valiente


miércoles, 13 de enero de 2010

Isis Imán

Hoy iba en el macrobús (esa porquería). Iba —o venía— leyendo unas páginas en mi asiento pegado a la ventana. Después guardé el libro y un señor a mi lado y de cachucha negra preguntó de pronto y algo ofendido:

—¿Y qué? ¿Estás loca o te haces?

Como no supe qué decir, respondí lo menos lógico:

—No. No estoy nada loca. ¿Y tú?

Entonces él me dijo:

—Ay sí, ay sí... "nada loca". ¿Entonces las guerras qué? Ay sí, ay sí, ¡la democracia!... Pero dices que no estás loca... nada loca...

Entonces pensé que a lo mejor sí estaba loca y que fui injusta con aquello de "nada loca".

Cuando me bajé él rechinó los dientes, y quizá en mi nadalocura me dieron ganas de analizar qué pedo con las situaciones molestas en mi vida. Pero esa es otra historia diferente u "otra guerra".

Conclusión: Ay sí, ay sí, ¡la democracia!


P.D.: Si eres un anónimo que dejas unos puntos suspensivos como comentario, me excito.

miércoles, 6 de enero de 2010

Soñete

Antes de esta primera noche de toque de queda, el rector y sus gorilas ya me habían buscado en los alrededores del pueblo. Los alrededores eran montañas pequeñas. Y ya antes de que me encontraran, volví, porque noté que la "libertad" estaba más allá, lejos... tan lejos que ni siquiera podía verla en el horizonte porque estaba más, más lejos. Cuando volví nadie me hizo fiesta porque los ánimos de lo que consideré "mi pueblo" estaban abstraídos en cualquier movimiento. Parecían una piel muy sensible y nerviosa, extendida por varios kilómetros. Había inquietud porque sabíamos sobre la pronta destrucción, y esperábamos. O eso creía yo, porque eso vi: que esperábamos. ¿Qué tal si hacer eso, pero juntos, para nosotros quería significar que estábamos haciendo algo, no sé, luchando? Fríamente, éramos muchos sin hacer nada. Si gritar era algo, eso había, gritos, espera. 

Entonces nos alcanzaron las tinieblas con su toque de queda incluido y noto que uno de los soldados fronterizos todavía conserva pegada a su cerca la fotocopia que anuncia que se me busca, viva o muerta, vaya ridiculez. Me acerco para informarle que he vuelto, que puede despreocuparse, quitar el letrero.

El muy tontito, que primero pareció sorprendido al verme pero después, muy instalado en parecer fiel al Sistema (alguna vez quise escribir El Sistema, el cerdo Sistema, pues) me explica que no puede quitar ese letrero porque "no tiene órdenes de hacerlo". Necio. 

Entonces el rector, como invocado por nuestro soldado raso, o más bien, nuestro débil vigilante, aparece con su séquito de gorilas. Es amable conmigo, soy amable con él. Me enseña las cápsulas subterráneas. La mía, según él, sólo voy a compartirla con una persona. —¡Qué amable, pero si son tan pequeñas!, pienso. 

Antes de poder respingar, el rector de saco verde pasto y su séquito se han ido. 

Ahora sí la noche cae de veras. Estoy a punto de dirigirme a mi "cápsula" pero un chico, su esposa y su niño invaden mi "celda de vidrio". Entonces platicamos. 

El mecanismo para hacer bajar las cápsulas comienza a funcionar, entonces recuerdo que tengo que salir a buscar a alguien. Mi alguien sin piernas. ¿Qué estará haciendo esta noche? ¿Cabrá su silla de ruedas en la cápsula milimétrica? ¿Habrán sido gentiles con él?

Salgo. Para mi sorpresa todo mi pueblo escapa de las prisiones deficientes. Y entonces uno de los pequeños montes es convertido en escenario. 

Dulce. ¿Dónde está Dulce? ¿Y quién es Dulce? Me perdí de algo cuando subí al monte...

Es una cantante. Con muchos kilos de más y cabellos negros, revueltos. Canta. Algo que yo siento que es punk. No sabía que a tantos les gustara el punk... el tumulto agitado me sirve. Iré a buscarlo. Sé que estamos atravesando ciénagas para encontrarnos, pero hay poca luz. Sirve y no sirve para nuestro propósito. Si es que él me busca también. Si es que le han dejado conservar su silla.

Entonces despierto.