Hoy iba en el macrobús (esa porquería). Iba —o venía— leyendo unas páginas en mi asiento pegado a la ventana. Después guardé el libro y un señor a mi lado y de cachucha negra preguntó de pronto y algo ofendido:
—¿Y qué? ¿Estás loca o te haces?
Como no supe qué decir, respondí lo menos lógico:
—No. No estoy nada loca. ¿Y tú?
Entonces él me dijo:
—Ay sí, ay sí... "nada loca". ¿Entonces las guerras qué? Ay sí, ay sí, ¡la democracia!... Pero dices que no estás loca... nada loca...
Entonces pensé que a lo mejor sí estaba loca y que fui injusta con aquello de "nada loca".
Cuando me bajé él rechinó los dientes, y quizá en mi nadalocura me dieron ganas de analizar qué pedo con las situaciones molestas en mi vida. Pero esa es otra historia diferente u "otra guerra".
Conclusión: Ay sí, ay sí, ¡la democracia!
P.D.: Si eres un anónimo que dejas unos puntos suspensivos como comentario, me excito.
miércoles, 13 de enero de 2010
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9 comentarios:
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Te dejé unos puntos suspensivos pero firmados para que ya no sepas ni qué sentir. Qué bonito es tu blog todavía, como ya casi ninguno, vas a ver.
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Andrómeda: Con eso de que ya siempre te decía Graciela o Diamandina, ahora que pronuncio el apodo con el que te conocí (♥) me siento en el pasado. Un pasado chingón. "No como otros". (?) Te quiero mucho.
Anónimo, Luis Ricardo y Andrómeda de nuevo: puntos suspensivos excitantes para ustedes:
...
A mí me ponen más las diéresis. Pero oye: ({)
Y también oye esto: Luis Ricardo, como si nada, te quiere excitar después de ajerarte bien feo en el twitter. Esto ya lo vi en Lo que callamos las mujeres...
mames
jajajajja no entendia al sr.. :P
jajaj alo de democracia me recordo a mafalda! je :D saludos!
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