En la calle sin fin de la vida,
servil me encontré a un niño con la
pálida faz de la inocencia,
con la transparencia de primicia seminal,
que aparenta amalgama de emociones
en un cuerpo cual estructura de rascacielos:
grande, bien formado, pero sin materia contenida.
Como cosa al garete, dejé escapar de mis labios
la pregunta: ¿Qué es la realidad vital?
El niño contestó con palabras prostituidas, con lodo,
con semen, con estiércol, con la cara del idiota del
mundo en que vegetamos.
Si la realidad es la vida que los
siglos amamantan con savia venenosa,
el hombre que sigue esa ruta sin
cambiarla, es defecación de hormiga policía.
Un ceño, una cana, un fusil,
son símbolos callados de la desgracia humana.
La maternidad, la vejez y la guerra
son defectos o anhelos de este cadavérico estadio.
El amor, sentimiento decadente,
que traspasa la cordillera paralítica del ánimo
y pone diques a la mente.
En su mente se da lo mínimo esperando un
vómito de pelícano,
sin creer que puede ser retribuido
con el gélido eructo de un vestigio.
Divinidad, triste mentira,
ni se distingue la mónada del hombre;
igual me da Osiris que Quetzalcóatl;
Cristo o su virginal madre;
El Papa o Anaxágoras; Mahoma o Buda y
Cassius Clay.
Todo eso le oí al niño.
Sólo hice un comentario a mi conciencia:
¿Por qué la certeza tiene cara de inocente infante?
Angel Pluvio Levene
Poeta argentino
Poeta argentino
- - - -
Ahora la verdad:
Mi tío Roberto Larios Valencia es el creador de ese "poema modernista", que hizo para burlarse de unos tipos que, allá por 1968 le recomendaban a los nuevos poetas y mi tío quizá pensaba algo como: ¡Esas son mamadas!
Entonces hizo este poema, lo firmó como Angel Pluvio Levene (poeta argentino), lo pegó en el periódico mural de su escuela y les pidió a esos amigos que gustaban de los modernistas que pasaran a echarle un ojo. Con sorpresa, le dijeron que "¡Buenísimo!" y entonces ahora mi tío, que ya no está vivo, ha de reír desde ultratumba. Y yo, que me reencontré con esto, lo publico acá, para reírme igual.
Saludillos.
Ahora la verdad:
Mi tío Roberto Larios Valencia es el creador de ese "poema modernista", que hizo para burlarse de unos tipos que, allá por 1968 le recomendaban a los nuevos poetas y mi tío quizá pensaba algo como: ¡Esas son mamadas!
Entonces hizo este poema, lo firmó como Angel Pluvio Levene (poeta argentino), lo pegó en el periódico mural de su escuela y les pidió a esos amigos que gustaban de los modernistas que pasaran a echarle un ojo. Con sorpresa, le dijeron que "¡Buenísimo!" y entonces ahora mi tío, que ya no está vivo, ha de reír desde ultratumba. Y yo, que me reencontré con esto, lo publico acá, para reírme igual.
Saludillos.
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