miércoles, 30 de junio de 2010

13:45pm

A las 13:30 dan el toque y salen los niños de la secundaria.

A las 13:45 salí yo. A la salida de la escuela, un padre (de familia) me detiene para preguntarme:

"Maestra, ¿sabe si ya salió Brayan?"

En ese momento empiezo a sentir el ¬¬

Y le pregunto de vuelta: "¿En qué grupo está su hijo?"

"En primero", me dice.

"¿En qué primero?", digo más bien para molestar, porque se le ve la cara de estreñimiento al señor. Ni sabe.

Ahora pienso, si este padre (de familia) supiera que hay un promedio de dos Brayans por grupo, se mordería las uñas de los puros nervios o se daría la vuelta, derrotado (todo un drama).

Y pues ya.

Mientras tanto, es un síntoma del plop en el que vive nuestra sociedad.

2 comentarios:

Λυκιος Φερνανδος dijo...

Lo mismo pienso justamente. Pero no olvidemos que todos llevamos un Brayan dentro de nuestro corazón. O peor: un Brayan perdido en la secundaria (como la inocencia misma).

isis dijo...

Yo llevo varios Brayans perdidos. Pero en el corazón. ♥